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Archive for agosto 2010

Investigación sobre indumentaria en Santo Tomás Jalieza

Autores:  Begoña Irazábal y Ana Paula Zamacona, estudiantes de la carrera de Historia del Arte de la Universidad Iberoamericana Campus Ciudad de México

Santo tomas Jalieza es un pueblo secreto, bien construido con sus calles y avenidas en retícula perfecta. El centro del lugar lo dicta la Iglesia  de color rodeada por un muro imponente que circunda el atrio y sus jardines. Precisamente “Jalieza significa en Zapoteco: «Abajo de la iglesia». Se compone de Xana, «abajo» y lieza, «iglesia». Santo Tomás en honor de uno de los doce apóstoles.”[1]

En Santo Tomás Jalieza los textiles se esconden dentro de las casas, no hay mucho que haga al visitante descubrir la actividad de tejedor, sólo el realmente interesado toca las puertas para descubrir los espacios expositivos. Hay un mercadito algo solitario donde varias mujeres diferentes edades ofrecen bolsas, morrales, estuches, muñequitas y caminos para las mesas.

Lo más representativo es ver la actividad materializada en las mujeres sentadas en el piso sobre un metate que tejen ayudadas de un poste o de un árbol, concentradas sin medir ni usar calculos matematicos van llevando a cabo el diseño que han estado imaginando, creando discursos coloridos y orgánicos. Pájaros, flores y peces que vuelan, flotan y nadan juntos en las cintas.

El traje tipico de Santo Tomas Jalieza consiste en “en una blusa y un enredo, Este último es de manta y algunas veces tiene cuadritos pequeños. El enredo se amarra con una faja. El traje es sencillo nunca fue tan elegante.”[2]

La iconografía a diferencia de los accesorios y de las cintas es mucho más simple, la mayoría de las telas que usan para vestirse son lisas. Lo que da vida al traje es el ceñidor que comúnmente es una cinta tejida a manera de cinturón que se amarra alrededor de la cintura y puede terminar con las muñequitas, que se hacen para no desperdiciar los hilos sobrantes.  “El tejido es generalmente liso y sin figuras. Los colores de las fajas o ceñidores significan la pertenencia al pueblo, por ejemplo el morado es de Tlacolula y en Santo Tomas Jalieza ellas usan el rojo o guinda. Así se puede identificar a los Valles centrales en diferentes colores.”[3]

Las mujeres de esta comunidad usan lana para ejecutar el traje de fiesta, la mayoría de las veces éste es oscuro, pero otras veces es rojo teñido con grana cochinilla. La blusa comúnmente es de algodón blanco o en tonos claros y puede tener algunos bordados de flores en distintos y llamativos colores.

El ceñidor que puede ser lo más representativo de Santo Tomás Jalieza es elaborado en un telar de cintura y puede ser más ancho o más angosto dependiendo de la edad de la mujer que lo porta. “Algunas mujeres no distinguían la medida de las fajas o ceñidores por metro, sino por varas. La vara mide la distancia entre el codo doblado de forma vertical y el puño de la mano. Cuando la mujer es joven usa una faja más angosta y más corta, mientras que cuando es mayor usa una más ancha y más larga”[4]. El telar de cintura se presenta así, como una técnica acessible y de uso cotidiano debido a que tanto el espacio en el que se realiza como los materiales son fáciles de conseguir.

Así Santo Tomás jalieza se presenta “(…)entre los principales centros fajilleros (…) cuyos productos llegan a venderse hasta en Guatemala[5]”. Las fajas se exportan a otras comunidades de los Valles centrles y se caracterizan por su amplia gama de color y por sus motivos decorativos entre los cuales se encuentra la figura del danzante de la pluma[6], entre otros como animales y motivos geométricos.

Extiste gran variedad de tipos en los ceñidores y fajas que se confeccionan en Santo Tomás ya que éstas “(…) pueden ser anchas o estrechas, sencillas o con labrado de urdimbre, o brocado, o tejido de tela doble, y con una gran variedad de motivos decorativos; muchos de ellos con significados simbólicos, y de vivos colores o del color natural de los materiales usados[7]”.

Actualmente, las personas no visten ese traje por que usan lo que les queda más cómodo para trabajar, usan faldas y vestidos comerciales y algunas llevan mandiles a pesar de que las “(…) fajas o ceñidores que suelen ser la última prenda de la indumentaria indígena que se abandona cuando se pierde el traje tradicional[8]”. Hoy en día esta pieza tiene mucha versatilidad de uso fuera de la indumentaria tradicional y por eso sigue vigente entre el comercio y el vestido.

Otro aspecto importante es el peinado; la mayoría de las mujeres usa trenzas, algunas veces que se unen en un nudo con un listón y en ocaciones usan tlacoyal de colores.

Un testimonio jóven de la región argumenta que no se tiene un registro específico de un traje regional específico de la comunidad desde hace mucho tiempo. Sus antepasados portaban una blusa de manta y una falda en tela de algodón delgada con estampado a cuadros y un rebozo en la cabeza para cubrirse del sol mientras tejian en el patio exterior de su casa. Para ir al mercado usaban el chiquihuite, la cual es una canasta para ponerse en la cabeza.

Santo Tomás Jalieza por su cercanía tanto geográfica como ideológica con otras comunidades de los Valles centrales de Oaxaca como San Antonino Castillo Velaso fue confeccionador de ceñidores para otras comunidades que utilizaban como mercancia de trueque en el comercio de aquella época. Como se puede apreciar en ambas fotografias la señoras utilzan una ropa de trabajo sencilla de tela delgada y está realizando un ceñidor que posteriormente podrá vender o usar a su convenciencia. En la comparación visual de ambas fotografías se observan las diferencias de épocas pero la constancia en el trabajo y la misma forma de confeccionar el telar de cintura.

Así la vigencia de la indumentaria en Santo Tomás Jalieza es solamente un recuerdo entre sus habitantes. La gente adulta todavía se acuerda de sus antepasados con el traje típico a pesar de ser muy sencillo, los jóvenes a pasar de que siguen trabajando el telar de centura artesanalmente ya no conservan rasgos de la indumentaria tradicional en su vestir.

1. Anexo-  Narración de Crispina Navarro, Artesana y recidente de la comunidad

Creo que la última que usó el traje típico fue mi abuelita, una señora bastante conocida por todos, un personaje de carácter fuerte. La gente ahora ya no se viste así.

El traje regional consiste en una blusa y un enredo. El enredo es de manta y algunas veces tiene cuadritos pequeños. El enredo se amarra con una faja. El traje es sencillo nunca fue tan elegante.

El tiempo en el que vivimos está cambiando  muy rápido y a la gente ya no le interesa o ya no le parece importante usar la indumentaria del lugar, es decir, están concentrados en otros proyectos, en otras problemáticas.

La juventud se interesa por la moda, por vestir de manera cómoda, ligera y económica. Ella comenta riéndose que los jóvenes ya mero ni ropa se ponen. Además antes la ropa que se confeccionaba en el pueblo era la única que se podía usar, ya que el trasporte a la ciudad era muy complicado.

Los materiales que se utilizan son lana para confeccionar el traje de fiesta y manta para hacer el del diario. Nos cuenta que ella tiene un traje de su abuela, del cual no se puede explicar la técnica del tejido.

El tejido es generalmente liso y sin figuras. Ella dice que los colores de las fajas o ceñidores significan la pertenencia al pueblo, por ejemplo el morado es de Tlacolula y en Santo Tomas Jalieza ellas usan el rojo o guinda. Así se puede identificar a los Valles centrales en diferentes colores.

Algunas mujeres no distinguían la medida de las fajas o ceñidores por metro, sino por varas y entonces ella nos explica que la vara mide con la mano doblada, del codo al puño y que cuando la mujer es joven usa una faja más angosta y más corta, mientras que cuando es mayor usa una más ancha y más larga.

La blusa es sencilla, generalmente de algún color claro y algunas veces tiene bordados simples. El enredo es una pieza rectangular de manta que no solamente se amarra, sino que envuelve al cuerpo de manera especial de acuerdo a la forma de éste.

Hay algunos pueblos como La Asunción y Santiago donde la indumentaria regional se sigue usando un poco más entre las personas mayores.

Los jóvenes no presentan interés por el pasado, por saber cómo se usaba el enredo y la vestimenta típica, el problema es que no hay inquietud por conocer.

2. Anexo- Cómo llegar

Santo Tomás Jalieza está localizado a 25 kilometros de la ciudad de Oaxaca. Para llegar se debe tomar la autopista 175 hacia Puerto Angel, Ocotlán o el aeropuerto. En el camino pasas por San Bartolo Coyotepec, famoso por el trabajo del barro negro y por San Martín Tilcajete, famoso por sus alebrijes.

3. Anexo-Galería fotográfica


[1] “Santo Tomás Jaileza” (en línea), Disponible en:  http://www.inafed.gob.mx/work/templates/enciclo/oaxaca/municipios/20530a.htm, 10 de julio de 2010.

[2] Testimonio oral de Crisipina Navarro en Santo Tomás Jalieza. Julio 2010.

[3] Testimonio oral de Crispina Navarro en Santo Tomás Jalieza. Julio 2010.

[4] Testimonio oral de Crisipina Navarro en Santo Tomás Jalieza. Julio 2010.

[5] Indumentaria tradicional indigena, México, editorial Hermes, p. 70.

[6] Ibidem, p. 71.

[7] Ibidem, p. 71.

[8] Ibidem, p. 71.

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Investigación sobre indumentaria en Teotitlán del Valle

Autores:  Begoña Irazábal y Ana Paula Zamacona, estudiantes de la carrera de Historia del Arte de la Universidad Iberoamericana Campus Ciudad de México

Un largo camino entre subidas y bajadas bordeado por hilos y telares; Teotitlán del Valle es un mágico pueblo zapoteco característico por la confección de tapetes de lana.  Los textiles con su color, motivos, y diferentes combinaciones invaden el pueblo, su tiempo, y espacio.  Por lo tanto cuando el visitante llega a esta comunidad, pocas veces se detiene a pensar en el textil como indumentaria más que como algo para decoración.

La experiencia de un día en Teotitlán se podría representar en una vuelta en taximoto, un dialecto zapoteca, un olor a tierra recién mojada y unas papas Sabritas a $4.00 pesos; lugares mágicos que contrastan la globalidad y el llamado capitalismo desde donde se piensa que pueblos como estos son ya cosa del pasado. En esta comunidad el tiempo es estático y el espacio inmóvil. Basta con asomase a cualquier casa o taller para sorprenderse con la gran producción y actividad que se vive en este poblado. “Virtualmente cada hogar en Teotitlán es un aparador de tejidos de extraordinaria diversidad y belleza”.

Introduciéndonos en uno de los talleres próximos a la carretera que lleva al centro del pueblo nos encontramos con una típica pequeña industria textilera en un terreno bastante grande; una casa-taller abierta con un patio exterior techado que es donde generalmente trabajan con los telares de pedales. Adentro sigue siendo un lugar muy fresco,  una especie de estancia muy grande con muchos tapetes colgados en la pared a manera de galería o de espacio expositivo.  La encargada del negocio familiar es Viridiana Chávez.  Dejando de lado los tapetes y sarapes, ella no viste un traje regional confeccionado por ella misma o por alguien de su comunidad.

El traje típico de Teotitlán del Valle consiste en “(…) una manta que es un pedazo de tela típica que se amarra con un ceñidor a manera de cinturón, la manta generalmente es de color rojo o tela de cuadros, algunas son teñidas a mano y otras veces son de lana. La blusa es muy simple, pero algunas veces tiene adornos, encaje, listones o franjas de un color distinto. Lo que comúnmente se manda a hacer son los ceñidores”. Es importante recalcar que el enredo de lana obscura se utiliza para un evento de gala y el de manta es una indumentaria de carácter cotidiano. Ambas versiones no presentan una elaboración muy compleja y su uso ha perdido vigencia día a día. Ahora sólo lo portan las personas mayores, poniendo en riesgo esta tradición.

La iconografía de la indumentaria es de suma sencillez comparada con los tejidos de lana ornamentales. En las prendas fabricadas con manta o algodón no hay patrones ni diseños, la mayoría de las veces las telas son lisas, se utilizan colores suaves y no brillantes, casi siempre los colores de la tierra: café, amarillo, anaranjado, rojos y algunos verdes. Por otro lado, en los tapetes se muestran motivos navajos, florales, geométricos inspirados en construcciones antiguas etc.  “(…) Un tapete de lana muestra diferentes representaciones de pájaros, mariposas, peces o tortugas mientras que en otros silenciosamente domina una paleta natural con refinada elegancia. Los diseños abarcan un amplio rango de imaginería, desde las grecas grabadas en piedra de la antigua Mitla hasta los diseños geométricos navajos”.

Los materiales que se utilizan para confeccionar el traje típico son algodón para la blusa, manta o lana para el enredo dependiendo de la ocasión, y algodón para el ceñidor. Esta última pieza es semejante a un rebozo anudado a la cintura. El traje se elabora en la trama y urdimbre del telar de pedales.

La gente ahora viste prendas de diferentes colores;  nos da la impresión de que algunas veces compran telas estampadas y se hacen sus propios vestidos con máquina de coser, mismos que acompañan con algún delantal bordado como de cocina que usan para trabajar diariamente. En el caso de los hombres usan ropa sencilla, algún pantalón de mezclilla o de algodón y una camisa de cuadros o algún patrón simple.

En el libro de Mexican Indian Costumes, Donald y Dorothy Cordry, enuncian una serie de consejos dados por una madre mixteca a su hija, en los cuales se le pide a la pequeña que no se convierta en una Revestida, lo que significa ponerse cualquier cosa, lo que le solicita es que se case y que continúe usando su indumentaria nativa orgullosamente. Las razones dadas por la madre para seguir portando el traje típico son:

“1) Un vestido (prenda comercial) es caro, dura menos que un huipil y que un enredo.

2) El enredo y el huipil son mucho más bonitos.

3) La niña que usa el vestido comercial no se casa.

4) La niña que no puede hablar bien español o no sabe leer, no debe usar vestido comercial.

5) La hija que acostumbra a usar el vestido comercial pronto no ya no quiere hablar con su madre.

6) La niña no debe usar el vestido, porque la gente va a hablar.”

Es muy interesante ver estas posturas de una mujer que piensa que la indumentaria hace la diferencia totalmente. Esta mujer tiene una posición no integracionista, defiende la riqueza de su identidad en su vestir.

Anexo 1. «Narración de Viridiana Chavez, Habitante y Artesana de Teotitlán del Valle».

«Algunas personas todavía usan el traje regional, pero en general son mayores.

El traje consiste en una manta que es un pedazo de tela típica que se amarra con un ceñidor a manera de cinturón, la manta generalmente es de color rojo o tela de cuadros, algunas son teñidas a mano y otras veces son de lana. La blusa es muy simple, pero algunas veces tiene adornos, encaje o listones o franjas de un color distinto. Lo que comúnmente se manda a hacer son los ceñidores.

Ahorita la mayoría de las mujeres no quieren ese tipo de ropa por las diversas actividades que realizan, pero si se tiene la intención de rescatar el traje. Actualmente la vestimenta regional se utiliza solamente en eventos especiales, como de gala. Uno de los factores por lo que ya no se usa es por el peso de la misma.

El traje se elabora en la trama y la urdimbre del telar de pedales. Muchas veces la falda es de lana y la blusa es de algodón.

No hay patrones ni diseños, la mayoría de las veces las telas son lisas, se utilizan colores suaves y no brillantes, casi siempre los colores de la tierra: café, amarillo, anaranjado, rojos y algunos verdes. Usar un color no tiene un significado en especial.

El traje típico significa las raíces, conservar y respetar  las tradiciones, pero para la población se ha perdido este significado a través del tiempo por que las personas tienen otros intereses, la gente quiere estudiar más, irse lejos y desarrollarse en otros campos.

Finalmente agregó que el índice de producción es de 5% para la indumentaria y 95% para los tapetes de lana en Teotitlán».

Anexo 2. ¿Cómo llegar a Teotitlán del Valle?

Se localiza en la Región de los Valles Centrales, a una distancia de 31 kilómetros (30 minutos) de la ciudad de Oaxaca, pertenece al Distrito de Tlacolula. (…)Colinda al norte con Santa Catarina Lachatao y Santa Catarina Ixtepeji (Distrito de Ixtlán); al sur con San Jerónimo Tlacochahuaya y San Francisco Lachigoló (mismo distrito); al oeste con Santa María el Tule, Tlalixtac de Cabrera y Santo Domingo Tomaltepec (Distrito del Centro); y al este con Villa Díaz Ordaz (mismo distrito).

Para llegar a Teotitlán del Valle hay que tomar la carretera federal 190 con destino al Istmo a 28 kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Hay que desviarse a la izquierda en el kilómetro 27. Se puede ir en automóvil, en colectivo o en autobús.

Anexo 3. Galería fotográfica de la investigación


[1] Traducido de: Fischgrund Stanton, Andra. Zapotec Weavers of Teotitlán, Santa Fe, Museum of New Mexico Press, 1999, p. 5.

[2] Testimonio oral de Viridiana Chávez, Teotitlán del Valle, Oaxaca, 10 de junio de 2010.

[3] Traducido de: Fischgrund Stanton, Andra. Zapotec Weavers of Teotitlán, Op Cit, p. 5.

[4] Cordry Donald, Dorothy, Mexican Indian Costumes, Texas, University of Texas Press, 1968, pp. 19

[5] “Teotitlán del Vallle” (en línea) disponible en: http://www.inafed.gob.mx/work/templates/enciclo/oaxaca/municipios/20546a.htm, 15 de julio de 2009.

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RESTAURACIÓN – TÉCNICA DE PLUMA TORCIDA

Uno de los objetivos primordiales en el MTO es la conservación del patrimonio textil.  Esta labor se realiza en dos ámbitos.  El primero de ellos es la conservación de los bienes textiles que conforman el acervo del MTO.  Para ello se cuenta con las instalaciones adecuadas, así como con el personal capacitado para resguardar todos los objetos en las mejores condiciones para las colecciones, ya sea que éstas se encuentren en almacenamiento o en exposición.  También se cuenta con un taller de restauración, el cual da seguimiento a los tratamientos realizados a las piezas que requieran intervenirse, además de plantear líneas de investigación sobre los materiales y técnicas textiles. El segundo ámbito en el que impacta la conservación en el MTO está relacionado con aspectos culturales intangibles, es decir, la preservación de tradiciones textiles.  La experiencia más reciente del MTO a este respecto es la elaboración de textiles emplumados a partir de la técnica de la pluma torcida, una técnica desaparecida durante los últimos 250 años.  Este trabajo surgió a partir del estudio y la restauración de un paño novohispano, un fragmento textil de finales del siglo XVII y una de las cinco piezas existentes de época virreinal.  Esta investigación se realizó en conjunto con la ENCRyM y uno de los resultados obtenidos fue la identificación y la reproducción de la técnica de la pluma torcida.  A partir de ello, se han llevado a cabo tres talleres con tejedores.  El primer taller se realizó en la ciudad de Puebla, dentro del marco de la exposición “Obras maestras del textil poblano”, en San Pedro Museo de Arte; el segundo se efectuó en las instalaciones del MTO y el tercero se llevó a cabo recientemente en el Museo Comunitario Balaa Xtee Guech Gulal de Teotitlán del Valle, teniendo la participación de 30 tejedores de la localidad.  Con la colaboración de los artesanos Román Gutierrez y Moisés Martínez en la parte práctica así como la labor de investigación para rescatar la técnica mesoamericana perdida por parte del Lic. Hector Manuel Meneses, responsable del área de restauración del Museo Textil de Oaxaca.

Nuestra labor ahora consiste en seguir difundiendo ésta y otras técnicas y reubicarlas dentro de las tradiciones textiles mexicanas.

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